Sam Altman comenta
@TheoVon
que «nadie pensaba» en la privacidad en la IA hasta «hace como un año». (Risible)
Afirma una vez más que no puede hacer nada hasta que “la ley” codifique algún tipo de “confidencialidad” protegida para los chats de IA.
No, el problema es que empresas como OpenAI han diseñado sus productos de forma que los usuarios tengan que enviar sus chats y avisos sensibles a servidores controlados por ellas. Eso significa que los empleados de OpenAI pueden acceder a ellos, y también significa que el gobierno puede acceder a ellos. En junio, el Distrito Sur de Nueva York ordenó a OpenAI que conservara y entregara los registros de chat de sus usuarios *independientemente de las promesas que haya hecho en sus contratos con los clientes*. En otras palabras, el estado puede anular los términos de cualquier contrato privado para violar la privacidad del usuario. OpenAI puede cumplir con este mandato porque ha diseñado su sistema de forma que hace posible dicho cumplimiento. No tenía por qué ser así, y sigue sin tenerlo. Pero Sam sabe que jugar a la pelota en Estados Unidos significa darles a las fuerzas del orden las "puertas traseras" que siempre reclaman.
Como sabían los cypherpunks, es necesario desarrollar tecnologías que protejan a las personas en una era donde la informática en red está dominada por una alianza entre corporaciones y gobiernos. Hoy en día, existen empresas que desarrollan estas tecnologías, pero no suelen recaudar miles de millones de dólares de capital de riesgo ni conseguir contratos gubernamentales desorbitados.
@Natalie Smolenski


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Sam Altman tells @TheoVon that “no one was thinking” about privacy in AI before “like a year ago.” (Laughable)
Claims once again that he i...