Hoy el mundo le pone el Nobel a María Corina, pero el verdadero premio es suyo y de cada venezolano que marchó, votó y resistió. Ella lo recibe en Oslo, pero lo ganamos en la calle, en la cárcel, en el exilio y en el corazón.
¡Qué orgullo, carajo!
#NobelForVenezuela 
