#hispano
La mención a ciertas peleas rituales llamadas 'tinku' da pie a la afirmación de que la violencia es una faceta inherente al ser humano, especialmente asociada a lo masculino.
Las artes marciales canalizan esta violencia, pues enseñan a controlar la ira y la agresividad con la finalidad de convertirlas en una virtud. El artista marcial conoce la realidad de la violencia y es por ello que trata de evitarla, ya que la violencia solamente puede ser apetecible a quien la desconoce.
Ser virtuoso es tener capacidad de ser violento y decidir no serlo, pues el hecho de no ser violento no es una virtud, es debilidad.
Finalmente, en base a información respaldada por datos estadísticos, se muestra la importancia de la figura paterna en la crianza de los hijos y se afirma que la masculinidad negativa no tiene su origen en la figura paterna tradicional, sino en el sucedáneo tóxico que surge cuando ésta está ausente.

eXtramuros
La violencia no es la respuesta… es la solución
GONZALO PALERMO / En las montañas de Bolivia, en algún punto entre Potosí y Oruro, cientos de hombres llevan siglos congregándose el primer fin...