"No acepto ultimatums", dice un tipo que en parte come gracias a mí. Igual que los que me cobraron para romperme la casa, después me pidieron un préstamo y hasta el día de hoy me hacen" pito catalán". Me disculpen los catalanes que conozco y nada tienen que ver con los chantas de estos lares."Pito catalán", para los jóvenes que no me entiendan, es un gesto de burla.




