El Estado creía que las criptomonedas eran una estafa o una burbuja. Si pierdes plata allí, es tu problema.
Pero ahora que la gente gana dinero con ellas, el Estado cambia de opinión y dice: "¿y cómo gano yo ahí?"
El Estado no arriesga nada, no invierte, pero como una mafia legalizada, aparece para exigir su parte.
