Vengan. Acérquense. Síganme todos aquellos que anhelan reinar sobre el hombre y corromper su débil esencia; todos los que desean dominar y profanar la creación fallida de ese dios imperfecto. Porque yo soy perfección. Tan absoluto que incluso dios me envidió, y por ello me desterró. Pero su exilio no fue mi derrota, sino mi coronación. Allí donde él solo ve ruina, yo he encontrado mi reino.
Y entonces bajé del cielo a reinar un nuevo mundo. Era el mundo de las tinieblas.