Bueno, bueno, llegan los días dorados de que la familia y los amigos compartan su alcoholismo, y creo que no está de más recordar que nadie debería sentirse obligado a participar de la diversión de un grupo alcoholizado.
Si alguien no quiere beber ni disfruta de estar con (su) gente bebida, entonada, borracha o muy ciega, debería darse permiso para largarse, con la conciencia muy tranquila.
Largarse sin juzgar a nadie (cada uno que se divierta como quiera), pero sin vergüenza ni culpa.
Asimismo, si alguien con problemas de adicción no puede estar ni siquiera en una situación en la que los demás beben alcohol (aunque sea muy tranquila), también debería darse permiso para ausentarse sin vergüenza ni culpa.
La adicción es una enfermedad. Nadie pide perdón por quedarse en la cama con gripe, y nadie debería pedir perdón por perderse una cena o una quedada si siente que el consumo de los demás puede hacer peligrar su necesidad de mantenerse lejos de las drogas.
Y si alguien discute el derecho a ausentarse de una sesión de alcoholización colectiva, ese alguien se merece un correctivo. O al menos un corte que lo ponga en su sitio.
En general, "esos alguienes" suelen tener un problema con el alcohol que no están dispuestos a reconocer, o bien ha normalizado una cultura de la intoxicación que necesita revisar cuanto antes.
Y los que sientan que el alcohol les trae cosas buenas y disfrutan un montón bebiendo en estas fechas, pues todos mis deseos de que lo pasen súper genial, sin juicio moral ninguno. Su opción es tan respetable como la otra.
Pero no lo olviden, no beber ni querer estar con gente que bebe es IGUAL de respetable.
#Navidad #alcohol #familia
A quien hoy llora por la deshumanización de consumir cultura y productos hechos por IAs, comparto una reflexión.
Desde la revolución industrial, la máquina enseñó a los patronos un modo de eficiencia inhumano. Y los patronos se lo impusieron a la mano de obra humana.
Así, el humano se vio sometido a realizar trabajos de forma maquinal, mecánica, repetitiva, regular, formal, impersonal, aséptica, etc.
El producto manufacturado por esos trabajadores-máquina ya estaba deshumanizado, tanto como el trabajo hecho íntegramente hoy por robots o IAs.
Entonces, si lloras por la deshumanización de la IAs, la solución no es rechazar lo manufacturado por IAs, sino lo manufacturado por cualquier industria que aliene a los trabajadores para que realicen un trabajo de la forma más semejante a cómo lo haría una máquina.
Y sí, esto incluye amplios campos culturales, como las súper producciones cinematográficas o de videojuegos tochos, o los contenidos creados por y para el algoritmo de una plataforma, o las estrellas pop diseñadas según los más estrictos parámetros de marketing, etc.
Estoy muy a favor de revalorizar la manufactura humana, sobre todo en el ámbito cultural. Pero no, la IA no ha inaugurado la deshumanización del producción. La deshumanización llegó con la industrialización y desde entonces solo ha hecho que acelerarse.
Si quieres volver a lo humano, no cambies lo hecho por IA por lo hecho por una industria; cambia lo hecho por una industria por lo hecho por una persona.
Ayer vimos Gattaca, una peli de ciencia ficción del 97 sobre una sociedad del futuro en que existen seres humanos "a la carta", cuyos padres los diseñaron eligiendo su código genético para que fueran lo mejor de lo mejor. Estos súper hijos e hijas son la élite elegida para las misiones espaciales, mientras que los seres humanos ordinarios -hijos del azar de la reproducción tradicional- constituyen la casta más baja.
La peli tiene todo lo que adoran los amantes del cine americano clásico: narración dramática sobresaliente, tres bellísimas estrellas en estado de gracia (Ethan Hawke, Jude Law y Umma Thurman) y un montaje que funciona como un reloj suizo. Gataca me parece la peli perfecta según esos cánones.
En general, las pelis de ciencia ficción clásicas han envejecido mal, porque planteaban una estética futurista que después ha quedado superada por el avance tecnológico y la renovación de diseños. (Farenheit 451 de Truffaut, por ejemplo).
Pero Gattaca apostó por una estética noir, por un retrofuturismo minimalista y evocador de ese Metropoli de Fritz Lang. Es decir; que ya era retrofuturista cuando salió y su estética hoy funciona tan maravillosamente bien como el día de su estreno.
Raquel me contó que los profes de ética suelen usarla en clase y nos dio por pensar si su dilema ético de fondo aún tiene vigencia.
En 1997 el debate ético sobre cómo utilizar los recientes descubrimientos del genoma humano estaba en plena agitación.
¿Cómo está en 2025?
La polémica más reciente que recuerdo al respecto es la de los grupos de presión cristianos que querían parar la investigación de células madre.
Pero que yo sepa un escenario como el de la peli, en el que puedas diseñar el código genético de tu hijo, no es ni siquiera un horizonte probable.
¿Es la de Gatacca una fantasía que la humanidad ha orillado? ¿Es científicamente posible? ¿Hay legislación que lo prohibe o ni ha hecho falta?
Fascinante :ablobcatpopcorn:
#Cine