Nota de productor: el bajo de una canción es como su ropa interior. Sin ella la canción se siente desnuda.
A veces nos cuesta aceptar el agotamiento de algo que nos hizo felices o, al menos, nos alegró la vida. A mí me ha pasado con las series. Y es que desde hace ya años que me cuesta muchísimo encontrar series que me gusten. Ya hace años, esa frustración me llevó a decidir dejar de ver series. Pero a Raquel le siguen gustando y también nos gusta ver la tele juntos un rato por la noche, así que volví. Y sí, hemos visto algunas que no están mal, pero de nuevo vuelvo a estar hastiado de rastrear sin ningún éxito la inmensa oferta de múltiples las plataformas de streaming que tenemos, gracias a las suscripciones de la familia de Raquel. Así que aquí me planto. No quiero darle más oportunidades a las series. Y que nadie me recomiende ninguna, porque no la voy a ver. Y es que, si a mí no me gustan el 95% de las series que estrenan, es porque a la industria de las series no le gusto yo como espectador. Porque la industria tiene los recursos para satisfacerme. Simplemente, mi perfil es demasiado minoritario para que le dediquen sus producciones. ¿Y por qué voy a seguir yo dándole oportunidades a los productos de una industria que no me da oportunidades a mí como espectador? Que les den. En serio. Pero, claro, esta decisión no llena el vacío que se crea en nuestra pantalla por las noches. La alternativa que me planteo es ver pelis troceadas. Pelis de Filmin. Pelis hechas para gente como yo. Porque la industria del cine, al revés que la de las series, sí está haciendo productos para mi perfil. Y sí, requiere un esfuerzo mayor. Una serie te dura semanas, pero una peli, como mucho, un par de días. Con el cine hay que explorar y experimentar más . Pero quiero comprometerme a hacerlo. Solo quiero dedicar mi tiempo a la cultura que sí lo merece.
Creamos relatos para retener lo más importante de lo ocurrido, y aprender de la experiencia. Pero esos relatos también cercenan, mutilan y distorsionan nuestra historia. Yo dejé Madrid para escapar de una vida tóxica y autodestructiva que a punto estuvo de acabar conmigo. Ese es el titular del relato sobre por qué me fui de Madrid y por qué no pienso volver. Tan simple como poderoso. Madrid casi me mata. Ese relato ha sido el faro que ha guiado mis decisiones y me ha ayudado a no volver a ser quien yo fui en mis años más tóxicos y oscuros en Madrid. Pero luego vuelvo a Madrid y afloran recuerdos y sensaciones reales que nada tienen que ver con ese relato tan negativo y simplificador. Y durante un tiempo he negado esas sensaciones, porque no quería relativizar lo malo que hubo, y volver a ponerme en peligro. Pero en esta última visita a Madrid, descubro que ya no me da miedo recuperar mi experiencia madrileña en toda su complejidad, en todos sus matrices. Que ya no me siento en peligro. Que la ciudad ya no puede depredarme porque yo he conquistado un lugar seguro, en Madrid y en cualquier otro sitio. Quizás ya puedo abandonar mi relato-salvavidas, y crear otros donde quepan las demás experiencias. Y empezar a recordar y a contar sin juzgarme, sin condenarlo todo y a todos, quien fui yo de verdad durante esos años.
Hablo con mi amigo Alberto, de Valencia. Entre su gente, a unos les tocó dormir en casa de unos desconocidos; otros durmieron en el Ikea; otros se refugiaron en el tejado de un McDonalds; otros tienen el garaje inundado hasta arriba (sí, hasta arriba). Sin luz muchos no pueden cargar los móviles, así que están incomunicados.
Me estoy leyendo todo lo que sale sobre Errejon en la prensa de izquierdas y he empezado como cuatro notas largas -casi artículos -más sobre el tema. Entonces sale otra pieza de opinión que me lleva a otra vorágine de reflexiones que siento la urgencia de plasmar en nuevas notas mientras hago planes de como hacérselas llegar en forma de artículo a los periódicos de izquierdas que están a tope con el asunto. Y cuantos más artículos nuevos salen, más complejas de vuelven mis reflexiones y ya empiezo a pensar que aquí habría un libro, y que debería empezar a recopilar todo lo que sale, y ya voy perfilando el enfoque del libro, y ya empiezo a pensar en la repercusión que podría tener mis ideas, y joder, entonces me recuerdo que no hago ninguna falta para este debate y que ya hay gente muy buena analizandolo bien en estos medios y que puedo simplemente escribir las notas para mí y quizás, no sé, confesar en un toot esta absurda ansiedad de escritor, como para comprometerme públicamente con mi decisión de no publicar nada más sobre el asunto. #Errejón #Política
Dicen que a los gatos no le gustan las excursiones Lo que sí les gusta es explorar su territorio. Cuando un gato se escapa, lo habitual es que esté a pocos metros de su casa. Los gatos domesticados que pueden entrar y salir de una casa suelen rondarla muy cerca. Así que cuando compramos esta mochila, la idea era usarla para darle pequeños paseitos por la manzana y los alrededores de nuestro piso. La dejamos unas semanas en el salón para que se familiarizara con ella. Y ayer hice la primera excursión: Subir y bajar las escaleras del piso y una vuelta a la manzana. 5 minutos. De vuelta a nuestra casa salió de la mochila contento. Probablemente porque había vuelto. Hoy he hecho la segunda excursión, de 10 minutos, al campus universitario que está al lado, hoy desierto, amplio y con pocos coches. Llovía un poco, he llevado paraguas. El gato ha ido tranquilo, sin maullar ni revolverse, y cuando hemos vuelto a casa ha salido de la mochila tan pichi y se ha quedado tan tranquilo. Yo creo que esto funciona. Le da un pequeño estímulo, lo despeja y lo entretiene. ¿O eso es a mí? ¿Será mutuo? Seguiremos informando. #Caturday image
Los testimonios de mujeres afectadas por lo de Errejón me han dejado tocado y asqueado, por las mismas razones que a todo el mundo, pero también porque creo haberme movido a menudo en ese ambiente madrileño donde se normalizan esas conductas tóxicas que pueden acabar incurriendo en delito. No es nada difícil alternar con músicos, periodistas, presentadores, escritores o políticos (as/es) de izquierdas a poco que uno salga por el centro de Madrid y acuda a eventos culturales. De ahí a la fiesta, y de la fiesta al piso. Entre medias alcohol, farlopa y mucho roneo y compadreo entre gente encantada de haberse conocido. Me he cruzado a Errejón en bares. Le seguía un séquito de personas que lo escuchaban con la boca abierta. También conocí a una chica que tenía un crush con Errejón. Se lo encontró una noche en una discoteca y fue a por él. Él le invitó a su casa. Ella era mucho más joven que él. Se acostaron y luego Errejón la estuvo llamando, pero ella pasó de él. Ella me lo contó entre risas una noche en que íbamos de pastillas. Esta es la otra cara de la cruz que conocemos estos días: las que sí fueron consentidas. Y creo que es importante pensar en ellas también, porque así se entiende mejor cómo esta gente puede llegar a sentirse en el derecho de usar a los demás. Me vienen retazos de algún rollo que yo he tenido con alguien famoso. Todavía me duele recordar como fui usado emocional y sexualmente por esa persona hasta que un día, de la noche a la mañana, su actitud cambió hacia mí, me expulsó de su vida y me negó cualquier contacto futuro. Ella era una mujer que tenía a su disposición un innumerable número de pretendientes llamando siempre a su puerta. Y el reguero de amantes cadáveres que iba a dejando a su paso era igual de abundante también. 🧵 1/2 #política #Errejón
Ahora que sale lo de Iñigo Errejón voy a contar algo. Una amiga mía trabajó bastante con Carlos Vermut. El País la contactó para pedirle sus declaraciones para el artículo en que muchas mujeres acusaban al director de violencia machista. Mi amiga no quiso hablar contra él porque el medio solo armó su investigación contra Vermut y no contra otros tantos del ramo igual o peores. Según mi amiga, en sus palabras: "han ido a por el más pringao". Me citó los nombres de varios productores de cine y directivos de televisión españoles que son mucho peores que Vermut, contra los que ninguna mujer de la profesión se atreve a abrir la boca porque saben que no volverían a trabajar en sus vidas. Y también me dijo que para los hombres gais la cosa es muchísimo más agresiva. Según mi amiga también, las denuncias contra Vermut eran sólidas y el tipo se merece lo malo que le pase. A lo que voy es que, pase lo que pase con lo de Errejón, el hecho de que sea defenestrado ahora para mí es una señal de que el tipo ya no tenía ningún poder, vamos, que se había convertido en "un pringao" contra el que ya se podía hablar sin miedo a las represalias. Y esta lectura es perfectamente compatible con reconocer a todas las mujeres maltratadas su derecho a denunciar lo que consideren necesario, cuando lo consideren necesario. Bien estará que los culpables respondan por sus actos. Creo, ademas, que un adalid de los más altos estándares morales como Errejón no se puede permitir ser una mierda de persona, al margen de si ha incurrido o no en delitos. Pero creo también que los perfiles altos en España siguen a salvo. Hoy leerán el testimonio de Errejón muchos hombres muy poderosos que saben que su poder les protege de que les pase lo mismo que a Errejón o Vermut. Algunos de esos hombres se sentarán en el Congreso de los Diputados y otros en las direcciones de los partidos. Es muy posible que al propio Errejón de hace 8 años no le hubiera pasado. Solo es mi opinión. #política
Leyendo sobre la vida de Jorge Manrique, que fue un noble poeta español del siglo XV, pienso que morir en la batalla era el viejo morir por sobredosis de las clases altas. ¿La vida te sabe a poco? ¿Necesitas emociones potentes para sacarte de la anedonia y desazón existencial en la que pasan tus acomodados días en palacete? Todavía no se ha inventado la cocaína y la autodestrucción romántica pero tranquilo que tenemos LA GUERRA. De verdad, matar gente es UN SUBIDÓN. ¿Quién quiere languidecer como damisela jugando a la ruleta rusa del asalto al castillo del vecino cada fin de semana? Siguiendo por ahí, Jorge Manrique es algo así como nuestro Jim Morrison del prerrenacimiento: entre poesías de amor y baños de sangre, finalmente deja un bonito cadáver en el asalto al castillo de Garci-Muñoz en 1479. Rocanrol baby.
Hoy en día muy poca gente invierte su tiempo y esfuerzo en adquirir las formas de cultura más elevadas, las que requieren más esfuerzo y formación previa. La vieja guardia de esa alta cultura se lamenta de ello, pero quizás no tienen demasiado en cuenta las motivaciones por las que las clases cultivadas se esforzaban antaño por adquirir dicha alta cultura. Poseer y manejar la alta cultura era un símbolo de estatus: solo quien tenía dinero y tiempo para acceder a las fuentes y la educación podía adquirirla. Pero con el paso de los siglos, cuanto más se democratizaba el acceso a la educación y a las fuentes, más caía el prestigio de la antes llamada “alta cultura”. ¿Casualidad? Obviamente no; deja en evidencia que quienes se esfuerzan por empaparse del arte más exigente por pura motivación intelectual y artística, siempre han sido una minoría de una minoría. Pienso en ello hoy, que estudio al Marqués de Santillana, un aristócrata latifundista español del siglo XV, que trufaba su poesía de referencias griegas, latinas, italianas y provenzales. Claro, cada referencia era como una joya engarzada en un ostentoso ropaje, que demostraba la posesión y control de su exclusivísima biblioteca para la época. Así se entiende mejor la manía de nuestros literatos antepasados de llenar de latinismos, referencias grecolatinas y opacidad barroca sus textos; eran el pan de oro de la literatura. Creo que el modernismo, a principios del XX, será el canto del cisne de esa opulencia. #poesía #literatura #arte