Del caso de los violadores de Francia y la cantidad de respuesta en redes que está teniendo vuelve a resurgirme la incomodidad frente a la sobresaturación de contenido.
¿Dónde está el límite entre comunicar y hacer ruido? ¿Cuánta gente estará usando este caso para ganar capital social o para quedar como moralmente superior, con la ética más y mejor feminista? ¿Qué podemos hacer el resto cuando nos sobrevienen casos de esta clase? ¿Qué debemos decir, cómo y cuándo?