Pero aquí entra ya la primera contradicción, y es que se argumenta desde las instituciones internacionales que muchos de esos territorios pertenecen a países en desarrollo y que sería injusto frenarlos con medidas que limiten el uso de energías baratas pero contaminantes. (7/11)
pues las emisiones que se reducen por un lado son compensadas e, incluso, ultrapasadas, por las nuevas emisiones de los países en desarrollo, con lo que el saldo final acaba siendo siempre un incremento neto de las mismas. (11/11) #PaleoLET
Se ha celebrado este mes de noviembre en Belém, en la Amazonía brasileña, la cumbre del clima de la ONU en la que se discutieron por enésima vez medidas para intentar mitigar la emisión de gases que afectan al clima. (1/8)
aunque no sea en éstos donde peor se puedan manifestar estos efectos, pues son precisamente los bosques los grandes beneficiados de las emisiones de CO2. (3/8)
Como siempre, no se ha hablado de adaptación al mismo, no vaya a ser que se les estropee el relato. Este año se ha escogido en concreto la Amazonía para llamar la atención sobre los efectos que los cambios en el clima tienen sobre selvas y bosques, (2/8)
Cada una de las reuniones es siempre, desde hace años, la última oportunidad de actuar antes de que el mal sea irreversible, y se invita a actuar con urgencia, algo que, por supuesto, se repetirá en la próxima reunión, que también será la última ocasión. (6/8)
culpando de ello a sus particulares enemigos políticos, casi siempre encarnados en la derecha y la ultraderecha y, cómo no, reclamando nuevos impuestos e intervenciones para poder atajarlos. (5/8)
Este foro, en vez de debatir las distintas soluciones a los problemas climáticos, se ha convertido en un escenario en el que los líderes de los estados aprovechan para realizar declaraciones retóricas y buenistas sobre los males climáticos del mundo, (4/8)