«Hombres de nuestra tierra» (1964) es un disco sobre oficios del campo. A cada canción la precede un texto corto. Los textos son de Juan Capagorry, también las letras de las canciones que musicalizó Daniel Viglietti. La edición también incluyó registros de fotos de Isabel Gilbert, que recorrió campos y sierras en la búsqueda de quienes trabajan en esos oficios.
En «Calagualero» se aprecia la sensibilidad y maestría de alumbrar un oficio que tiene sus riesgos, para rescatar estas plantas que se vendían luego entreveradas en arreglos florales.
Calagualero
Así, al pardear de la tarde, en Minas suele verlos pasar. Van como las lavanderas, con un atado grande encima ‘e la cabeza. Son los calagualeros. Vienen de la sierra. Sin perro ni chiflido, cuidándose del estanciero y la uña ‘e gato, llegan a las quebradas más feas, donde la víbora y la espina amarilla. Allí está la calaguala.
En una arpillera húmeda, atada con unos tientos de envira, la van acomodando. Ese helecho salvaje que no florece nunca, termina escondiendo su verde entre las flores puebleras.
En lo más hondo del cerro,
allí te voy a buscar,
donde se enreda la sombra
con la crucera mortal.
Calaguala, calaguala,
¡dónde viniste a nacer!
Hay que llegarse arrastrando,
mismito como el tatú,
qu’el ojo del estanciero
es pior que la espina ’e cruz.
Calaguala, calaguala,
¡dónde viniste a nacer!
Te procuro en las quebradas
esquivando el ñapindá,
saludando las arueras,
allí te voy a buscar.
Atadita con envira
te cargo pa’ regresar,
y entre las flores puebleras
casi ni te han de notar.
Calaguala, calaguala,
¡dónde viniste a quedar!
Canción:
Libro de Clara García que investigó sobre este álbum:

la diaria
Tras seis décadas, se hizo libro el disco Hombres de nuestra tierra, de Viglietti y Capagorry
Letras, partituras, textos contextuales y recuperación de la figura de Isabel Gilbert en una investigación de Clara García.
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