Leo en guasá un "artículo de opinión" de la jefa de una "ONG" de inserción laboral que me tiene echando pestes por las esquinas.
Según ella, TODA la culpa de las pocas "inserciones laborales" es de las personas a insertar. ¡Tócate los pieses, María Manuela!
Una visión sesgada, desde la superioridad y el maternalismo. Ni un atisbo de autocrítica.
Y para rematar, acaba haciendo una pregunta retórica que parece a todas luces una amenaza (el derecho a cobrar una prestación debería conllevar la obligación de participar en sus "proyectos").
No contesto por guasá porque sería expulsado del grupo ipso flauto (libertad de expresión, sép).
A ver, Doña. Esta marica vieja ha sido excluida de programas por decir que no quería trabajar en ayuda a domicilio dada la explotación existente, tener más de 45 o estar "demasiado formado". Al parecer, la inserción laboral se basa en aprender cuatro letras: OBDC.
Y me callo ya, que podría seguir y me conozco. Lean y opinen, mesneñeees.

