La deriva autoritaria, regresiva y represiva del gobierno de Argentina es un problema moral, para las y los argentinos, pero también para el resto de americanos. Establece prácticas y un paradigma de Estado parecido al de la doctrina de la seguridad nacional. Y me recuerda mucho a Karl Shmitt y su teoría del derecho del enemigo. Estamos a un paso de desatar la ideología de los dos demonios que nos convirtió en una alianza de persecución y muerte como fue el plan Cóndor. Memoria gente, memoria





