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Enfermedades mentales que nunca han existido, inventadas solo cómo método de control: Nostalgia Fue considerada una enfermedad mental grave durante los siglos XVII y XVIII, acuñada en 1688 por el médico suizo Johannes Hofer. Se manifestaba como un "mal del país" con síntomas como melancolía profunda, insomnio, anorexia, palpitaciones, fiebre y, en casos extremos, delirios o incluso la muerte por consunción especialmente en soldados, mercaderes o estudiantes expatriados que añoraban su hogar. En contextos militares, como durante las guerras europeas, se usó para patologizar la morriña como una debilidad contagiosa que podía desmoralizar tropas enteras, justificando castigos draconianos (como ejecuciones por deserción por nostalgia) o tratamientos brutales: sangrías, baños fríos, música patriótica forzada o traslados a latitudes opuestas para curar el anhelo. Sirvió como herramienta de control social y disciplinario, transformando un sentimiento humano universal en una epidemia que amenazaba la obediencia y el orden imperial.
Enfermedades mentales que nunca han existido, inventadas solo cómo método de control: Homosexualidad Fue clasificada como un trastorno mental durante gran parte del siglo XX, sirviendo como una herramienta poderosa de control social, legal y médico para estigmatizar y reprimir. En el DSM-I de la Asociación Americana de Psiquiatría se incluyó como una desviación sexual dentro de los trastornos sociopáticos de la personalidad, y en el DSM-II (1968) se mantuvo como una desviación sexual patológica, equiparándola a pedofilia o sadismo. Esto legitimó intervenciones coercitivas como terapias de conversión (incluyendo electroshocks, castraciones químicas o hipnosis aversiva), internamientos en asilos y discriminación laboral o legal, presentándola como una enfermedad curable que amenazaba el orden moral heteronormativo y familiar. En 1973, la APA la eliminó del DSM, reconociéndola como una variante de la sexualidad humana, respaldada por evidencia científica que mostraba que la cualquier angustia por la condición de homosexual provenía del estigma social, no de la orientación en sí.
Enfermedades mentales que nunca han existido, inventadas solo cómo método de control: Locura moral: Concepto psiquiátrico acuñado por el médico británico James Cowles Prichard en 1835. Se definía como una forma de monomanía (un trastorno mental parcial) en la que la persona mantenía un intelecto intacto y racional, pero carecía por completo de sentido moral o inhibiciones éticas, lo que la llevaba a cometer actos inmorales, impulsivos o antisociales sin delirios ni alteraciones cognitivas evidentes. Prichard la describía como una "enfermedad del alma" que afectaba solo el "freno moral", y la clasificaba dentro de un espectro más amplio de trastornos mentales que no involucraban locura total. Se usaba para patologizar comportamientos desviados de la norma social, como la rebeldía, la promiscuidad o la desobediencia o en mujeres que rechazaban roles domésticos tradicionales Tratamientos incluían internamiento en asilos, aislamiento o terapias morales coercitivas, sirviendo así como herramienta de control social para reforzar normas victorianas de decencia y obediencia.
Enfermedades mentales que nunca han existido, inventadas solo cómo método de control: Dromomanía Se describía como una forma de monomanía ambulante, un trastorno mental caracterizado por un impulso irresistible e incontrolable de vagar o viajar sin rumbo fijo, a menudo abandonando la vida cotidiana, el hogar y las responsabilidades sin un motivo aparente. No tenía un fin de control social explícito, pero reflejaba cómo la psiquiatría del momento patologizaba comportamientos desviados de la norma social, como el nomadismo o la huida de la rutina industrial. Los tratamientos incluían internamiento o sedación
Enfermedades mentales que nunca han existido, inventadas solo cómo método de control: Disaestesia etíopica: Afectaba a los esclavos africanos, manifestándose como pereza, negligencia en el trabajo y actos de sabotaje o rebeldía como romper herramientas o trabajar de forma ineficiente. Se presentaba como una forma de insensibilidad mental y debilidad muscular causada por una predisposición racial, y se proponía como cura el látigo o castigos físicos, que estimulaban la piel y el cerebro para restaurar la obediencia.
Enfermedades mentales que nunca han existido, inventadas solo cómo método de control: Neurastenia: Acuñado por el médico estadounidense George Miller Beard en 1869. Se describía como una debilidad nerviosa o agotamiento del sistema nervioso, causada por las demandas de la vida moderna industrializada, y se manifestaba en síntomas vagos como fatiga crónica, irritabilidad, dolores de cabeza, insomnio, debilidad sexual, ansiedad difusa y una sensación general de falta de nervios. Beard la presentó como una "enfermedad americana", exclusiva de las clases medias y altas urbanas, atribuible al estrés de la civilización (telégrafos, ferrocarriles y ritmos acelerados) pero rápidamente se extendió globalmente. Se convirtió en un término para patologizar respuestas normales al cambio social: se usaba para diagnosticar a mujeres que se quejaban de nervios por roles domésticos opresivos (a menudo curada con reposo en sanatorios o histerectomías), a intelectuales sobreexigidos o incluso a disidentes que mostraban agotamiento moral por la alienación laboral. Esto la hizo una herramienta sutil de control social, reforzando ideales de género (mujeres como frágiles para mantenerlas en el hogar) y de clase (los pobres no la padecían porque no tenían nervios que gastar), mientras medicalizaba el malestar existencial de la modernidad para evitar críticas al capitalismo incipiente. Tratamientos incluían baños eléctricos, dietas restrictivas o aislamiento en casas de reposo, y fue popularizada por figuras como Sigmund Freud, quien la relacionó con la represión sexual.
Enfermedades mentales que nunca han existido, inventadas solo cómo método de control: Histeria: Uno de los diagnósticos psiquiátricos más notorios y controvertidos de la historia de la medicina. El término deriva de hystera, la palabra griega para útero, ya que se creía que era causada por un útero errante o desequilibrado que provocaba síntomas como ansiedad, parálisis temporal, convulsiones, irritabilidad o excesiva emotividad en las mujeres. Hipócrates y Platón lo describían como una enfermedad femenina exclusiva, atribuible a la falta de relaciones sexuales, embarazo o irónicamente a la masturbación reprimida. En el siglo XIX, se convirtió en una etiqueta para cualquier comportamiento femenino que desafiara las normas de la época, desde el activismo sufragista hasta la "pereza" doméstica, la promiscuidad o simplemente la expresión emocional. Médicos como Jean-Martin Charcot la popularizaron en la Salpêtrière de París, donde trataban a miles de mujeres pobres con hipnosis, aislamiento o masajes pélvicos manuales (lo que llevó a la invención del vibrador eléctrico como cura médica) En contextos más extremos, se recomendaban histerectomías o internamientos en asilos para controlar a las histéricas, sirviendo así como una potente herramienta de opresión social y de género para silenciar disidencias y reforzar roles tradicionales.
Enfermedades mentales que nunca han existido, inventadas solo cómo método de control: La drapetomanía: Término acuñado en 1851, hacía referencia al «deseo de los esclavos africanos de escapar de sus amos», concretamente de las plantaciones del sur de Estados Unidos. Tanto Cartwright como la sociedad racista a la que pertenecía sostenían que la esclavitud era un orden legal, un fenómeno natural impuesto por Dios.