Hace unos días en Roma me pasó una cosa "curiosa". Me volví andando con gente y cuando nos ibamos a separar, un chico me comentó que el camino que tenía que coger era bastante "safe", que no me preocupase. En solo diez minutos de camino, un señor intentó que me subiera a su coche, otro me persiguió llamandome algo que desconozco y un último me gritó en mitad de la calle. Es increible lo distinta que tenemos la percepción de in/seguridad.