Un año ya. Doce meses en los que los que las grandes potencias siguen vendiendo armas a Israel. En los que países como el nuestro compran material militar y mantienen relaciones diplomáticas y comerciales con el Gobierno genocida. Un año de bombas y dolor en Gaza, Líbano, Siria. Esto se puede parar y hay medidas concretas para lograrlo. Salir a la calle es una forma de recordarlo.