Extraordinaria columna de Bret Stephens en @nytimes, donde sostiene que la permanencia de la narcotiranía chavista es una amenaza directa para Estados Unidos y para toda la región, no solo por su participación estructural en el sistema del narcotráfico, sino porque Venezuela se ha convertido en un importador de inestabilidad mediante sus alianzas con Rusia, China e Irán (incluyendo potenciales capacidades de drones kamikaze) y, al mismo tiempo, en un exportador de caos a través de la migración masiva de más de ocho millones de personas. Las sanciones como método de presión han sido insuficientes, la distensión también, las elecciones fueron robadas pese a la victoria aplastante de la oposición y @MariaCorinaYA, la líder del país, se encuentra en la clandestinidad. Es decir: solo la salida de Nicolás Maduro permitiría detener el deterioro interno y la generación de inestabilidad hemisférica, y @realDonaldTrump lo sabe, como demuestra el enorme despliegue militar ya posicionado en el Caribe.
El artículo aclara que Venezuela no sería “otro Irak o Libia”. A diferencia de esos casos, existe un presidente legítimo (@EdmundoGU) con apoyo masivo, así como un país que desea un cambio y un exilio o captura de Maduro que podría producirse sin ocupación prolongada. La clave es que el mayor riesgo no es actuar, sino no actuar: si Maduro sobrevive, se fortalecerá, sus socios globales verían debilidad estadounidense y la tragedia venezolana se profundizaría. Por eso, el autor concluye, muy correctamente, que Maduro debe tener una última oportunidad para huir. Si no lo hace, el autor concluye que Maduro podría enfrentar un escenario similar al de Noriega donde Estados Unidos buscará neutralizar defensas, capturar a la cúpula criminal y permitir que Venezuela retome la democracia que le fue robada.
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