Civilización Tipo I: Bitcoin Como Catalizador Energético.
La minería de Bitcoin no solo asegura la red; también impulsa un cambio mayor en nuestra relación con la energía. En la Escala de Kardashev, que mide el progreso de una civilización por su uso energético, estamos aproximadamente 0.72, lejos del Tipo I, que implica aprovechar toda la energía disponible en la Tierra.
Esto podría tomar 200 años, pero Bitcoin podría acelerar el proceso. Los mineros, en su búsqueda de electricidad barata, exploran fuentes subutilizadas, como energía solar en desiertos o geotérmica en regiones remotas. Al hacerlo, desbloquean abundancia energética que beneficia a todos, no solo a la red.
Una civilización Tipo I usa la energía para mejorar la calidad de vida: más alimentos, mejor infraestructura, exploración espacial. Bitcoin, al incentivar la innovación energética, podría acercarnos a ese hito en décadas, no siglos. Cada kilovatio gastado en PoW no solo protege tu dinero; es un paso hacia un futuro donde la energía impulsa un mundo más libre, próspero y conectado.
