Ante las críticas que se vierten sobre quienes tratan de eludir el pago de impuestos, se analiza si éstos pueden ser percibidos como una forma de solidaridad. Para ello se analiza si los impuestos cumplen con las características que se atribuyen a la solidaridad: - Eventual: la solidaridad se ejerce de forma ocasional, mientras el pago de impuestos es permanente. - Voluntaria: nadie paga "impuestos" de forma voluntaria y tampoco se elige la cuantía ni su destino. - Desinteresada: los impuestos se pagan esperando obtener una recompensa por ello (pensión, sanidad "gratuita", etc.). Los trabajadores de organizaciones de solidaridad son voluntarios y no cobran por su trabajo, no así los funcionarios. En conclusión, el Estado no es una forma de solidaridad. El Estado recauda de forma despersonalizada y gasta de manera indiscriminada, desacreditando la verdadera solidaridad. Instituciones originalmente solidarias, como sindicatos o mutuas, quedan desvirtuadas tras la intervención estatal. Es el Estado el que ahora trata de cubrir todas las necesidades que antes cubrían la familia y las comunidades locales.
Ciertos expertos pronostican que, de forma inminente, la IA alcanzará la singularidad tecnológica y escapará al control humano. El presente video pretende desmontar el mito de la singularidad tecnológica y advertir que, si dicho evento se nos presenta como un escenario real, estaremos ante una maniobra de psicosis colectiva. En una primera parte, se afirma que la singularidad es una fábula y que la IA nunca podrá volverse autoconsciente e independiente. Se nos recuerda que la conciencia no emerge únicamente de la gestión compleja de enormes cantidades de información. Se trata de algo que no es observable, que no se sabe cómo se origina, ni dónde se aloja, ni de qué está hecha...., por lo tanto, es difícilmente replicable. En una segunda parte, se nos advierte de la posibilidad de un evento de manipulación de masas que utilizaría el miedo a la singularidad como justificación para imponer, con gran aceptación pública, medidas de control y restricciones extremas (dolorosas, pero necesarias) bajo el pretexto de la protección. La hipotética implementación de dicho evento de manipulación podría darse siguiendo el mismo patrón estructural, en tres fases, que tan buenos resultados dio con la pandemia de Covid-19.
El autor comienza explicándonos el proceso mediante el cual comprendió que en España no hay ni democracia ni libertad. A continuación, trata de definir correctamente el concepto "democracia", llegando a la conclusión de que ésta se fundamenta en la idea de control al ejercicio del poder. Un sistema democrático garantiza la libertad del individuo frente al poder político mediante la separación de poderes y la representación del elector, pero el modelo democrático europeo no cumple ninguna de estas dos condiciones, sino que está basado en ideologías y facciones que (apoyadas por grandes corporaciones) se han adueñado del Estado y se dedican a someter a la población civil bajo un régimen totalitario. La usencia de separación de poderes y la falta de representación institucionalizan la corrupción y la convierten en factor de gobierno, pues se legisla en base a los intereses de quién ostenta el poder y no a los de la ciudadanía. La única solución posible es que la sociedad civil, en su conjunto, sepa ver el "elefante en la habitación" para después, sacarlo pacíficamente.