https://yomeabstengo.com/2024/04/01/la-espada-del-miedo/
VIDEO: Marc Vidal analiza la cuestión de si todas las medidas cuya implementación se está estudiando (CBDC's, ID digital, tarjeta sanitaria europea, reconocimiento facial, ley de la IA, etc.) son "por nuestro bien", tal y como se nos asegura o bien son instrumentos para ejercer un mayor control sobre todos nosotros. Vimos como la protección que se nos ofreció contra la pandemia de Covid y el ataque a Occidente por parte de los rusos, significaron decisiones arbitrarias "por nuestra seguridad" (inyecciones de ARNm, pasaportes covid, embargos que encarecen la energía) tomadas por personas que nadie sabe en base a qué han sido elegidas para ello. Por otra parte, el desarrollo de las CBDC, que ya ha superado con éxito la segunda fase de pruebas, supondrá la centralización del control financiero, llevando el control económico a su máximo nivel de vigilancia gubernamental. Ahora, el gran peligro que se cierne sobre nosotros es el de la desinformación, que básicamente consiste en contradecir o poner en duda el mensaje oficial emitido por las instituciones. También el cambio climático es una amenaza, pero para combatirlo pronto dispondremos de un pasaporte que analice la huella de carbono que dejan todas nuestras acciones. Para conseguir su implementación, mantienen a la población cloroformizada con noticias y enfrentamientos irrelevantes. Ante todo esto, la población seguimos anestesiados y sin reaccionar.
TEXTO: Los actuales sistemas educativos miden su éxito en función del número de egresos, es decir, la cantidad de alumnos que finalizan sus estudios. Esto acarrea dos graves consecuencias. Por un lado, se rebaja el nivel exigido para garantizar el éxito de todos, con lo que se elimina la excelencia e incentivando la mediocridad, y por otro, hace que la educación deje de ser un sistema de ascenso social. El éxito educativo debe medirse en función nivel de competencias y no en el número de egresos, que debe ser un segundo factor de medida.
Actualmente la palabra “Democracia” se utiliza para designar a las más variadas formas de gobierno occidentales (sistema parlamentario, constitucional, partidocrático…), cuando realmente ninguna de ellas corresponde con la verdadera definición del término, pues ninguna es representativa, como lo era en la Grecia clásica. Actualmente “*Vivimos en una democracia porque nuestros dirigentes políticos así lo dicen”, y* todo es válido solamente por el mero hecho de ser democrático.