Manchild
Acrílico sobre madera. 122 x 244 cm.
Madrid. 2004
Acerca de lo que esta obra pueda representar solo puedo hacer conjeturas en retrospectiva dado que, por aquella época (principios de siglo) mi forma de trabajar era muy espontánea. No solía tener una idea preconcebida de lo que quería pintar. Era una aventura improvisada, un dialogo constante con la superficie y los materiales. Prácticamente era una manera de canalizar emociones y pensamientos más o menos conscientes en el mismo acto de pintar.
Puedo, si acaso, sugerir alguna interpretación, como si tomase el papel de un psicoanalista que mira el diario de un joven que, vete tú a saber, qué ideas peregrinas le rondaban la cabeza.
Esta es una obra antigua que bien pudiera representar una epifanía,
y por tanto, una "reestructuración del cableado mental".
Shock.
Las ideas cristalizadas en la cabeza se rompen y dejan espacio a nuevas perspectivas.
En consecuencia tu forma de pensar e interactuar con el mundo se vuelve más flexible, menos rígida, más abierta a explorar y recuperar el niño que es capaz de ver el mundo con nuevos ojos, con frescura y una gozosa sensación de novedad.
Aunque a principios de siglo esta obra surgió en un contexto y significación diferente, se actualiza con la experiencia reveladora de Bitcoin:
Un fenómeno que reestructura todos nuestros viejos conceptos sobre lo que es el dinero y de la verdadera dimensión que éste tiene en relación a la mayoría de los aspectos cruciales de nuestra vida, tanto en lo personal como en lo universal.
